martes, 21 de junio de 2011

EL PRÍNCIPE INFELIZ

El Príncipe preocupado de los "problemas concretos de la gente"


Lo que quiero contar, en este día, es la historia de otro personaje de la Cueva -toda una fuente de inspiración en estos tiempos- conocido como el Príncipe Infeliz.

Compañero de labores de Ricitos de Oro, y sobrino lejano del Cura Gatica, la historia del Principito también tiene que ver con la vulneración de los derechos de sus trabajadores.

Partamos por contar que, a diferencia de Ricitos, el Príncipe llegó recientemente a la cueva, luego de una intensa batalla electoral, para el período parlamentario 2010-2014, representando a las comunas de Alto del Carmen, Caldera, Freirina, Huasco, Tierra Amarilla y Vallenar.

Continuamos señalando que, a diferencia de Pedrito, el Príncipe no ha mentido respecto a su título profesional de Abogado, el que detenta desde 27-01-1999.

Pues bien, mis queridos lectores, para el desarrollo de sus funciones, el Príncipe ha debido contratar a algunas personas, como apoyo directo en su distrito; es así como desde Agosto de 2010, doña Marcia Castillo Cruz, se desempeñó como jefa de gabinete de la oficina distrital de Vallenar, y desde el mes de Agosto de 2010, doña Roxana Villegas Villafaña, como secretaria de su oficina distrital de Caldera.
A partir del mes de agosto de 2010, Marcia habría comenzado a prestar los servicios anteriormente descritos en virtud de un contrato de trabajo disfrazado de prestación de servicios a honorarios, no existiendo respaldo escrito de esto último.

Pero a diferencia del dulce Príncipe Feliz del que nos cuenta Oscar Wilde, este Príncipe no se ha destacado por la dulzura ni menos por la empatía y solidaridad con sus trabajadores. Según comentan sus ex colaboradoras, el trato hacia las mismas no era de los mejores, y difería bastante de la imagen proyectada por él en la comunidad; es más, habría burlado inteligentemente los derechos de sus colaboradores, al disimular una relación a todas luces de carácter laboral.


En este punto, es necesario recalcar que según la información que manejamos, de todos los trabajadores del Príncipe Infeliz, solamente dos de ellas se encuentran en estos momentos beneficiadas con el soñado contrato de trabajo indefinido; se trataría de doña Loreto Campbell y doña Gabriela González. En el caso de Roxana, Marcia, dos personas más en Vallenar y otra en Huasco, emitirían boletas de honorarios al Príncipe Infeliz. Entendemos que la persona encargada de gestionar la emisión y pago de las respectivas boletas de honorarios es la asesora parlamentaria del Príncipe, doña Gabriela González.


Por otra parte, conviene indicar que el despido de Marcia se produjo intempestivamente, sin invocar causa legal, el día 18 de mayo de 2011, día en que ésta debió viajar a la ciudad de Valparaíso, para participar en unas “Jornadas de Evaluación y Planificación”, tal como se desprende del siguiente mensaje enviado por el Príncipe a sus colaboradoras:


Tarjetita de invitación, prueba prueba de tu traición...


Las apariencias engañan, como dice el refrán, y con su comportamiento el honorable Diputado se aleja cada vez más del esperado para un profesional, abogado, hijo de una familia de esfuerzo, como demuestra el hecho de ser hijo de un abnegado taxista. Pasar de ser un típico chileno de clase media a un patrón de fundo no encuentra parangón asimilable si no es el del otro ex colega del Príncipe que se cambiara el apellido Payacán, de origen indígena del norte de Chile a Paya, Vid. http://www.cambio21.cl/cambio21/site/artic/20110213/pags/20110213003133.html


Darío Paya (o Payacán), mentor de Giovanni en el arte de ocultar los orígenes para crear una nueva identidad. Nótese los rasgos evidentemente indígenas del ex diputado


Es así como Marcia, con cuatro meses de embarazo, fue bruscamente despedida el pasado 18 de mayo, sin invocar causa legal alguna; esta situación le produjo problemas de salud, por su hipertensión y estado de gravidez. A diferencia del Príncipe Feliz, esto no fue motivo de preocupación para el Príncipe Infeliz.

En el caso de Roxana, ésta habría sido despedida el día 13 de mayo, señalando al efecto que ella mantenía la oficina cerrada, lo que Roxana no niega, indicando al efecto que los días que la oficina se mantuvo cerrada, fue debido a que no contaba con los servicios básicos de agua potable y energía eléctrica, ya que el Príncipe mantenía impagos dichos servicios por más de dos meses. Además, le habría imputado la sustracción de documentos, lo que Roxana niega tajantemente.

Hasta el momento, solamente Roxana ha tenido respuesta a su reclamo presentado ante la Inspección del Trabajo de Caldera, encontrándose a la espera de los resultados. En el caso de Marcia, pese a sus ya cinco meses de embarazo, la situación ha sido más compleja, ya que su reclamo no tuvo acogida en la Inspección del Trabajo de Vallenar, donde le indicaron que no habían podido constatar que ella trabajaba en la referida oficina distrital, porque ésta se encontraba cerrada. Es del caso señalar que a Marcia se le indicó que era preferible llegar a un acuerdo con su empleador, lo que trasciende totalmente la labor que debe realizar un funcionario de este órgano estatal. Suponemos que el poder que detenta un diputado en su distrito podría haber condicionado este comportamiento.

Pero además, es necesario contarles que Marcia -pese a cumplir una jornada de trabajo, bajo dependencia y subordinación del Príncipe- debía emitir boletas de honorarios por la suma de $680.000, en circunstancias que por su trabajo solamente percibía $400.000; es decir, el Príncipe por cada mes efectivamente trabajado por Marcia, habría “ahorrado” la no despreciable suma de $280.000. Si fuera el Príncipe Feliz, podríamos pensar que, ese dinero tendría un buen destino, y de alguna forma, sería entregado a Marcia, la legítima destinataria de esos dineros, obtenidos de papá Fisco precisamente para remunerar sus servicios. ¡Pero no!, estamos en el cuento del Príncipe Infeliz, y por lo que hemos podido averiguar, esos dineros eran destinados a una “caja chica” con la que se cubrían diversos gastos de la oficina distrital, los cuales Marcia debía rendir mes a mes a la asesora parlamentaria Gabriela González quien a su vez, le señalaba a qué ítemes destinarlos.

Denuncia de las trabajadoras despedidas

El tema niños es que los actos que denuncia la trabajadora del diputado pueden constituir un delito claramente tipificado en el artículo 239 del Código Penal, ubicado en el Título V “De los Crímenes y Simples Delitos Cometidos por Empleados Públicos en el Desempeño de sus Cargos”, que sanciona en su párrafo 6to, los “Fraudes y exacciones ilegales”. Así, al “empleado público que en las operaciones en que interviniere por razón de su cargo, defraudare o consintiere que se defraude al Estado, a las municipalidades o a los establecimientos públicos de instrucción o de beneficencia, sea originándoles pérdida o privándoles de un lucro legítimo, incurrirá en la pena de presidio menor en sus grados medio a máximo.

En aquellos casos en que el monto de lo defraudado excediere de cuarenta unidades tributarias mensuales, el juez podrá aumentar en un grado la pena señalada en el inciso anterior.
Si la defraudación excediere de cuatrocientas unidades tributarias mensuales se aplicará la pena de presidio mayor en su grado mínimo.

En todo caso, se aplicarán las penas de multa del diez al cincuenta por ciento del perjuicio causado e inhabilitación absoluta temporal para cargos, empleos u oficios públicos en sus grados medio a máximo.”

Es del caso señalar que 280.000 pesos multiplicados por 10, son 2.800.000, lo que expresados en unidades tributarias mensuales alcanza algo así como 73 UTM, lo que implica que la pena aplicable consistiría eventualmente –y a lo menos- en presidio menor en su grado máximo.

Pero la historia no termina aquí, porque las peripecias que vivió Marcia mientras trabajaba con el Príncipe son dignas de ser contadas. Una golondrina nos contó, por ejemplo, que Marcia debía facilitar su propio vehículo para determinados traslados del Príncipe, recibiendo únicamente el reembolso del combustible. Nos preguntamos ¿Cómo el administrador de la Cueva puede ser tan mezquino que no tiene cubiertos dichos gastos? ¿O será que en realidad el Príncipe es un ejemplo del ahorro? * Los diputados reciben una asignación de movilización que asciende a los 846.000 pesos, los cuales no deben rendir.

Una golondrina dedicada al periodismo, nos relataba que esta práctica de “cortar la cola”, sería habitual en la vida de empleador del Príncipe Infeliz y también en la Cueva.

Otra golondrina, dedicada al turismo, y que coincidentemente paseaba por Valparaíso el día del despido, nos cuenta que Marcia, debido a su embarazo e hipertensión, sufrió una descompensación, no recibiendo ayuda alguna del hasta aquel día empleador, siendo auxiliada por un tercero al interior de la Cueva. Cabe señalar que Marcia no conoce la ciudad de Valparaíso.

Recientemente, recibimos una carta de una golondrina radioaficionada, que habita en Vallenar, quien nos contó que el Príncipe Infeliz, habría emitido una declaración “en exclusiva” a una “Radio Amiga”, dando cuenta de su versión de la historia que acá intentamos contarles. Pues bien, en su relato, el Príncipe Infeliz señala al locutor Andrés Flores, que las declaraciones de Marcia y Roxana son falsas y mal intencionadas. En ambos casos desconoce la existencia de una relación laboral, argumentando que se trataba de personas contratadas a honorarios. Es del caso señalar que los parlamentarios tienden a pagar mensualmente a las radios una suma por concepto de "difusión". Casi siempre este vínculo está a cargo del periodista del parlamentario, que en el caso en comento, corresponde a doña Carolina Sanhueza, ex periodista del diputado PPD por el mismo distrito, Antonio Leal. Así con los que piensan que la carrera de periodista es una de aquellas con profundo sentido social y apego ideológico.

Descargos del Príncipe 

Nos cuenta la golondrina radioaficionada que en dicho programa, el Príncipe Infeliz reconoce que si bien estaría vinculado contractualmente con Marcia, esta relación no tendría el carácter de laboral, es decir, no existiría contrato de trabajo de por medio, sino un contrato de prestación de servicios a honorarios, no siendo efectivo que trabajara para él bajo vínculo de subordinación o dependencia, lo que El Príncipe Infeliz refrenda con el hecho que Marcia estaría contratada por el INE. En la extensa entrevista, que más bien es un monólogo del Príncipe Infeliz, efectúa graves acusaciones en contra de Marcia, señalando que ésta habría prestado servicios para otras personas, que habría divulgado información a “importantes personeros políticos de la Provincia”, que existirían llamadas desde el teléfono que se le asignó, y que habría tenido muchos problemas con su asesora parlamentaria, lo que motivó el término del contrato de prestación de servicios a que alude.

En lo que no reparó el parlamentario a la hora de dar su excusa respecto a la relación contractual de Marcia con el INE, es que ésta, no sería de tipo laboral, tal como consta en los siguientes documentos que claramente establecen un contrato a honorarios. Este "conveniente olvido" parece inexcusable, toda vez que el diputado gestionó la contratación de Marcia en este servicio público.




Asimismo, el Infeliz Príncipe relata que todos los antecedentes fueron puestos en conocimiento por él en la Comisión de Ética de la Cámara de Diputados y que incluso, el Diputado Juan Luis Castro, de oposición y PS, le habría recomendado interponer una querella por calumnias o injurias ante las graves acusaciones vertidas en su contra. Pero el Príncipe Infeliz manifiesta que “para no ser el malo de la película”, y para evitar “que le pase algo malo a la guagüita”, prefiere no hacer nada, y que se “morderá la lengua” una vez más.

La verdad sea dicha niños, si el Príncipe llegase a interponer una querella por calumnias contra Marcia, a ella le asiste la posibilidad de interponer la denominada “exceptio veritatis”, es decir, probar que lo que ella dice es cierto. Por eso el Príncipe, confiado en que los fiscales competentes no tendrán las pelotas de investigar, prefiere dejar todo “hasta aquí nomás”, porque de querellarse podría salir para atrás.

Y quizá este sea el último cuento que pasó por un zapatito roto, porque la amenaza velada del denunciado y protagonista de este cuento, podría traer trágicas consecuencias para vuestro devoto narrador:


Príncipe amenazando a un pobre erizo de tierra, cuyo único pecado es narrarles periódicamente las cosas que nadie se atreve a contar




Príncipe llorando luego de haber entregado todo en la vida por sus dos trabajadoras




3 comentarios:

  1. Yo me pregunto con qué cara estas personas hablan de defender los derechos de los trabajadores si los infringen de la forma más vil en su propio entorno laboral. Ya que el "honorable" Diputado Calderón acusa sustracción de documentos por parte de una de sus asesoras, podría haber denunciado el hecho a los Tribunales mismos con los cuales amenaza, ¿no?

    Y aunque se escude en la tinterillada de los "honorarios", hay una cuestión moral de la que esta gentuza hace gárgaras. Por eso, hay que recordarlo una y otra vez de que la Derecha, nunca más.

    Saludos afectuosos, de corazón.

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  2. Bastante penca la "defensa". El Código del Trabajo regula claramente la materia en el artículo 7mo y 8vo inciso primero:

    Art. 7. Contrato individual de trabajo es una convención por la cual el empleador y el trabajador se obligan recíprocamente, éste a prestar servicios personales bajo dependencia y subordinación del primero, y aquél a pagar por estos servicios una remuneración determinada.

    Art. 8. Toda prestación de servicios en los términos señalados en el artículo anterior,
    hace presumir la existencia de un contrato de
    trabajo.

    A mí nadie me puede venir con que una secretaria de confianza no trabaja "bajo subordinación y dependencia".

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  3. Y también considerar que el art. 9 del Código del Trabajo, establece que la falta de contrato escrito hará presumir legalmente que son estipulaciones del contrato las que declare la trabajadora. Evidentemente corresponderá al juez ponderar esta presunción, pero es un antecedente más a considerar. Va a estar interesante ese juicio.

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